Agradecer bendice tu proceso, te ayuda a manifestar tus deseos, atrae paz, conduce a la grandeza y nos da la confianza de que la bondad existe, incluso en tiempos de incertidumbre o sufrimiento. Sin embargo, la gratitud no es una emoción que sucede simplemente, sino una virtud que podemos cultivar y que requiere práctica, así como la meditación o el yoga. Así que aquí te compartimos unas técnicas para cultivar la gratitud.
Practicar el agradecimiento constante está fuertemente vinculado a una mejor salud mental y satisfacción con la vida. Las personas agradecidas experimentan más alegría, amor y entusiasmo, y suelen vivir menos emociones destructivas como la envidia, la codicia y la amargura. La gratitud también reduce el riesgo de sufrir depresión y ansiedad, ayuda a las personas a sobrellevar mejor el estrés, hace que se recuperen más rápidamente de enfermedades y contribuye a una salud física más sólida, incluida una presión arterial más baja y una mejor función inmune.
Agradecer también fortalece los lazos con otras personas, pues a diferencia de otras emociones positivas como la esperanza y la felicidad, la gratitud es inherentemente relacional: llega más allá de la persona que la experimenta pues es natural responder a los regalos con otros regalos realmente sinceros.
¿Cómo practicar la gratitud?
Presta atención.
Observa todas las cosas buenas que normalmente das por sentado. ¿Dormiste bien anoche? ¿Alguien hoy te trató con cortesía? ¿Viste el cielo, con su sol y sus nubes, y sentiste paz? Reconoce lo que sientes en cada momento, por más difícil y doloroso que parezca, pues todo es parte de una lección por la cual agradecer. Cuando pones atención de esta manera, se bloquean los sentimientos de victimización.
Escribe.
Escribe en un diario o a manera de carta. Escribir te ayudará a organizar tus pensamientos, a reconocer y aceptar las experiencias y a verlas desde una perspectiva más neutra. Crear un diario de gratitud trae tranquilidad y satisfacción con la vida, pues empiezas a notar fuentes de bondad en tu vida que quizás antes no veías, y logras reconocer las consecuencias positivas de experiencias que en algún momento causaron dolor.
Agradece a alguien mentalmente.
Si por alguna razón no estás en la disposición de escribir, también puedes hacer una pausa en tu día, pensar en alguien que ha hecho algo bueno por ti y agradecer mentalmente a esa persona.
Cuenta tus bendiciones.
Elige un momento a la semana para enumerar y escribir tus bendiciones y tómate un tiempo para pensar todo aquello que salió bien o por lo que estás agradecido. Puede ser útil elegir un número de cosas por las cuales agradecer cada semana. Se lo más específico que puedas y piensa cómo te sentiste cuando te sucedió algo bueno.
Ora.
Si te sientes identificado con alguna práctica religiosa, puedes usar la oración para cultivar la gratitud.
Medita.
La meditación de atención plena implica enfocarte en el momento presente sin juicios. Aunque puedes realizarlo concentrándote en un mantra, también es posible enfocarte en lo que agradeces (el calor del sol, un sonido agradable, etc.).
Expresa la gratitud.
Expresar la gratitud crea conexión. Muchas personas en tu vida te han ayudado de una forma u otra, agradéceles. Hazles saber lo mucho que significó lo que hicieron por ti, incluso si sucedió ya hace tiempo. También agradece por las bendiciones que no provienen de las personas.
Que el amor, la tranquilidad y la salud estén contigo siempre.
Vanessa Martínez
Co-Fundadora
CASA MAESTRA
7 de Abril 2020
Recursos:
https://psychology.ucdavis.edu/people/raemmons
http://ei.yale.edu/what-is-gratitude/
https://www.health.harvard.edu/healthbeat/giving-thanks-can-make-you-happier
https://greatergood.berkeley.edu/topic/gratitude/definition
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