Hace unos días escuché una frase que ha estado en mi mente desde entonces: Los coaches existen porque no hay buenos amigos. Y aunque resulte un poco impactante y cuestionable, seguramente te ha pasado que en medio de una conversación, no has terminado de completar la frase cuando tu amigo interrumpe con sus opiniones. Y puede que te preguntes ¿qué tiene esto de malo? si es una conversación, la idea es hablar ¿no?.
Sucede que, muchas veces, el mejor consejo es escuchar sin decir nada. Ser escuchados, sin limitarnos a los puntos de vista de otros, nos permite buscar las respuestas por nuestra cuenta y aprender a descubrir nuestra propia verdad, nuestra interpretación de la realidad.
Ciertamente la mayoría de nosotros no sabemos cómo resolver las miles de situaciones que pueden aquejar a nuestros amigos, y aún así, ante historias ajenas, vamos dando consejos que quizás quisiéramos recibir. Pero el verdadero encanto de las relaciones de amistad es que pueden ser tan auténticas, que solo escuchar se convierte en un acto de apoyo y empatía que puede salvar vidas, o al menos iluminar esos rincones dentro nuestro que nos es difícil ver sin un espejo, como pueden llegar a ser nuestros amigos.
Y no es que nuestros amigos deban ser nuestros terapeutas, de ninguna manera, pero la sensación después de estar con el uno o con el otro si puede asemejarse. El verdadero coach escucha, y de esa manera enseña a aprender, no juzga ni impone su verdad, pues entiende que no hay verdades absolutas, bien decía Nietzsche que no hay hechos, solo interpretaciones, y así también sucede en una sana relación de amistad; se acepta al otro y se acompaña en su camino.
Si hay algo por lo que siento que no me alcanzan las palabras al agradecer, es por los amigos (y amigas, claro está). Soy increíblemente afortunada por mis amigos, pues su sola presencia es luz. Aprovecho esta entrada para agradecerles públicamente y declararles mi amor eterno a ellos y ellas, que saben quienes son, y que han sido fuente de tranquilidad, claridad y amor sincero, pues aunque reconozco el valor de mis terapeutas, han sido mis amigos grandes maestros en este camino.
Propongo entonces que aprendamos a escuchar atentamente, disfrutemos cada historia y evitemos ver cada charla con nuestros amigos como una oportunidad para afirmarnos e imponer nuestros consejos. Más bien abramos el espacio para aprender, para conocernos y conocer al otro, para permitirnos la incomodidad de la duda, y para descubrirnos en el silencio, pues es ahí donde se encuentran todas las respuestas, la divinidad y el poder creador.
Que el amor, la salud y los amigos te acompañen siempre.
Vanessa Martínez
Co-Fundadora
CASA MAESTRA
22 de Junio 2020
Recursos:
https://borjavilaseca.com/
https://www.claudionaranjo.net/navbar_spanish/introduction_spanish.html
https://www.lavanguardia.com/lacontra/20110919/54218318233/el-coaching-existe-porque-no-tenemos-buenos-amigos.html
Deja una respuesta