Aunque hoy me refiera puntualmente a la situación de Colombia, estos consejos son válidos y altamente recomendables para cualquier tipo de crisis.
Días de muchísima tensión, miedo y dolor se han vivido últimamente en Colombia. Días grises como los que se viven en varias partes del mundo donde el caos es rutina desde hace años, y que hoy presenciamos quienes vivimos en uno de los países más abundantes, naturales, privilegiados y (paradójicamente) corruptos del mundo.
Lo que estamos viviendo hoy en Colombia son los frutos de años de vandalismo encorbatado, es el agobio de un pueblo que ya se cansó de trabajar para mantener los lujos de unos pocos, es el resentimiento y el dolor acumulado de las historias de violencia que vienen de generaciones pasadas y que se teme que lleguen a las futuras. La destrucción que vemos hoy en las calles, viene de corazones acorazados que actúan sin Dios en ellos.
Si hoy han llegado a este texto es porque de alguna manera están en un proceso de autoconocimiento, consciencia y desarrollo personal y/o espiritual, y si no es así, sepan de antemano que les hablo desde estas perspectivas.
Entonces, ¿Qué podemos hacer para ayudar?
Lo primero es soltar los juicios.
Entender que cada persona está actuando desde su nivel de consciencia, sus valores, su condición social y familiar, su historia y sus heridas. Entender, no es justificar. Evitar juzgar, la manera en que responden o reaccionan las personas ante tantas emociones que hoy estamos viviendo, respetar a quienes deciden callar, tanto como a quienes deciden orar o salir a marchar, pues mientras se haga desde el amor, cualquier expresión y manifestación, es válida.
Vibrar alto.
Por más abstracto que parezca, esta es la recomendación principal de hoy: vibrar alto, muy alto para subir la energía del lugar donde nos encontramos y de la gente que nos rodea. Y ¿cómo subir la energía? Haciendo cosas tan sencillas como bailar, cantar, hacer ejercicio, entrar en contacto con la naturaleza, pintar, escribir, y sobretodo AGRADECER. Lo más probable es que en medio de la crisis sintamos cero ganas de hacer alguna de las anteriores, así que tomemos esta sensación de desgano como la máxima prueba de que es ahora cuando más se necesita hacer alguna de las actividades que suban la vibra. Cuando nuestra energía sube, inmediatamente subimos la energía de quienes nos rodean, y si lo hacemos con intención, el resultado será más poderoso.
Desconectarse por un momento.
Si bien es cierto que en estos momentos debemos estar informándonos, también es necesario tomarnos pausas de tanta noticia y tragedia, y sacar un tiempo para enfocarnos en otras cosas diferentes a la crisis que estemos viviendo (idealmente concentrarnos en nuestra respiración). Esto le dará un break a la mente y al corazón, ayudando enormemente a subir la vibra.
Servir.
Si tenemos la oportunidad de ayudar a alguien, hacerlo. Hoy en día es posible servir a otros sin salir de casa, para esto el mejor ejemplo es toda la visibilidad que se ha logrado gracias a las redes sociales y a personas que desde sus casas causan un impacto enorme (ver cómo Anonymous apoya el paro en Colombia). Ayudar desde las capacidades, las posibilidades y la voluntad de cada quien, siempre será preciso en una crisis. Y como dijo Gandhi: la mejor manera de encontrarse a sí mismo es perderse en el servicio de los demás.
Siempre desde el am0r.
Pensar, hablar, actuar y ser desde el amor. Elegir la manera que más resuene más con cada quien para expresarse, para subir la vibra y para ayudar, eso sí, siempre desde el amor y desde la intención de contribuir al bienestar propio y de los demás.
Las crisis son las semillas del cambio, y es en un terreno de incertidumbre donde se puede sembrar. Así que si estamos pasando por una crisis, es momento de aprovechar la oportunidad para dirigirnos hacia donde deseamos ir.
Espero que esta breve guía nos pueda ayudar un poco a sobrellevar las crisis y a involucrarnos desde la espiritualidad y la calma. Desde Casa Maestra deseamos profundamente que Dios habite en los corazones de todas las personas, para que nos acompañe a vivir desde el amor.
Que el amor y la paz les acompañe siempre.
Vanessa Martínez
Co-Fundadora
CASA MAESTRA
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